Hubo una epoca, en el pasado, en que el mundo se podia cambiar si creias en ello.
Tu eras uno con ese mundo.
En esa comunion, lo mas hermoso del planteamiento fue, el hecho de señalar que, una idea, un pensamiento o una cancion, podia cambiar el mundo.
La idea era sencilla.
El mundo era consciencia.
Una forma de consciencia diferente producia que la forma de ver ese mundo se transformara.
Necesariamente, en ello, iba implicito, el cambio de algo muy dificil de definir que llamamos mundo y es una terminologia que, aunque eterea, sirve para entendernos.
Todo ello sucedia porque la gente no era pasado.
Es muy simpatica la correspondencia entre pasado y pesado.
Somos pasado y somos pesados por ello.
La consciencia, surge por ello, como la capacidad de ver lo nuevo.
Lo mas importante de ello es alcanzar ese estado de vaco que te permite darte cuenta de lo irreal que es aquello que consideras real, mientras que aquellos pensamientos que considerabas fantasias o intangibles, son mas ciertos.
Este koan explica eso:
"Iba un hombre por la calle."
"Era la misma calle por la que caminaba todos los dias para ir a sus empresas."
"Hacia sol esa mañana."
"Según caminaba, mira al frente."
"Levanta la vista."
"Esta en frente del edificio central de su empresa."
"De pronto, interiormente, advierte, que el edificio es rojo..."
"En ese mismo momento supo que era pobre."
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
martes, 27 de mayo de 2008
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