viernes, 23 de mayo de 2008

hablando de la eternidad....

Hablando de la eternidad, la eternidad no existe.

Si miras a la luna, alcanzas la eternidad.

Pero la eternidad no existe.

La principal tonteria es colocar a esa eternidad en frente de ti y empezar a buscarla.

La eternidad posible es aquella que es vivida.

Vivir la eternidad supone asumir esta en cada una de las pequeñas cosas que suceden.

En cada una de esas pequeñas cosas existen en su existencia, no en su quimera.

Esto quiere decir algo muy importante.

En la utopia de las grandes gestas se resume el vacio de quien las afronta.

La ausencia de uno de si, supone la ruptura del corazon por la extraccion del corazon de toda espirtualidad y trascendencia, como si este solo fuese un receptaculo de miserias.

Siempre piensa que la importancia no esta en lo que hagas, sino en el como lo hagas.

El gesto.

La consciencia de aquello que es reflejo de la sirena manifestacion de que todo esta contenido en todo, permite ver la luna en cada una de las pequeñas cosas que emprendas.

Y en ello, te vacias y te llenas.

Esta entrega supone plenitud.

Abrazar solo es posible si se empieza por abrir los brazos.

La luna llena supone asumir que tu centro esta fuera y como es un reflejo, lo llaman conciencia.

Esto es asi en el hombre.

Ella es dios y el es un por dios por ella.

En esa ausencia de la conciencia de entender en un hilo que une tu mente con el foco de esa ausencia es ocmprender plenamente de donde vienen las referencias y la limpieza de mente se traduce en esa claridad de ideas.

En otras epocas, los caballeros medivales elevaban a su amada a un pedestal y a este estado lo llamaban adoracion.

La solucion es sencilla.

En el hombre todo lo relacionado con la inspiracion, fuerzao conciencia, viene de fuera, mientras, en la mujer, es inmanente.

Recuerda cada una de las imágenes que abras visto con esta referencia.

Desde las musas somos llamados a las cosas mas especiales.

Por ello, en el hombre, su grandza pasa siempre por su trascendencia.

Su presencia es su ausencia.

Y cuando no encuentras esa necesidad de trascender, el hombre muere.

En ese momento la princesa se convierte en belladurmiente porque el principe esta echandose la siesta o viendo la eurocopa.

¿Y, para què?

Con esa frase se acaba con el eden y piensas que al eden que le den.

...no le busques sentido, no lo tiene. Solo importa el gesto.

miguel mochales, maestro zen.

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