Siempre hay una niña y en la luna esta ella dormida.
Las niñas duermen, cuando la luna no duerme y, a su vez esta duerme cuando la niña corre y camina.
Por eso la luna sueña con ser niña y la niña duerme en los brazos de la luz de la luna.
La niña necesita en la noche ser protegida por la luz opalina.
Y la luna que no se mueve, camina siempre con la niña durante el dia mientras sueña que duerme.
Hay una magia especial ene esos dias que la luna se extiende en el cielo como un gran queso.
Es hermoso el silencio ritual de cuando la niña mira el firmamento y a ultima hora de la tarde en el horario que la dejan permanecer despierta, observa a la luna roja, en el horizonte, cercana a la tierra.
Lo unico hermoso de todo esto es todo.
Ese es el verdadero secreto de este cuento donde comprendes que solo las historias con belleza inherente son ciertas seguramente.
Por eso es hermoso que surja en tu mente la interpretacion poetica de aquellos que solo ven en frente, determinismo y materia.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
viernes, 27 de junio de 2008
viernes, 20 de junio de 2008
Las estatuas de Buda
Hay muchas estatuas de Buda.
Buda se manifiesta en piedra, en cartón piedra, madera, y otros materiales.
Todos los budas están sentados y meditando. Otros, están de pie con los brazos levantados sosteniendo un canasto que guarda la luna.
Unos budas son gordos y otros delgados, pero Que representa ese Buda?
Esta es la respuesta...
"Un maestro zen es siempre un error.
En el universo, sabes que hay vida, cuando se es cientifico, alli, donde en un sistema homogeneo hay algo que no deberia estar.
A ese concepto se le llama vida, y esa vida es un error en un sistema estándar.
Asi, los maestros zen, y, la vida, se asemejan.
Un maestro zen iba por la vida con un espejo.
Era pobre, y el espejo era pequeño.
Pero, en ese espejo, destacaba lo limpio que estaba y lo fiel que era su reflejo.
Un maestro zen solo posee dignidad, ni siquiera se posee a el, por eso, no poseia el espejo para ningun fin privado conreto.
Dignidad es no tener dueño.
No tiene dueño, aquel que no tiene yo.
Es solo un punto de silencio en un sueño que llamamos civilizacion.
El maestro zen caminaba con ese espejo, tambien meditaba.
En cada meditacion dejaba el espejo en el suelo.
Al principio la gente se paraba por ver su porte mayestatico en la posicion de zazen, pero, al final, siempre acababan mirandose en el espejo.
En ese instante surgia una pregunta
"¿A quien ves?"
Las respuestas eran variadas pero igual de estupidas.
siempre pasaban, de aquel que se queria hacer el interesante y respondia con alguna cursileria del estilo, al infinito, la luna o cualquier otro disparate, hasta los que daban su nombre como respuesta al reflejo que veian en el espejo.
Esto fue asi durante años.
Un dia se acerco un niño pobre, mas pobre que el monje.
Cuando el maestro estaba meditando, el niño se acerco.
Se acerco, como se acercan los niños.
Pero al estar cerca del maestro, que practicaba la quietud en el zazen, el niño se paro.
Esto tiene que ser explicado.
No se paro el cuerpo, se paro el niño interno.
En ese instante, el cuerpo del chiquillo se sento al lado del maestro.
Cruzo las piernas como el maestro y, medito, a su lado.
El maestro le pregunto...
"¿No te miras al espejo?"
El niño respondio...
"Ya me he mirado".
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
Buda se manifiesta en piedra, en cartón piedra, madera, y otros materiales.
Todos los budas están sentados y meditando. Otros, están de pie con los brazos levantados sosteniendo un canasto que guarda la luna.
Unos budas son gordos y otros delgados, pero Que representa ese Buda?
Esta es la respuesta...
"Un maestro zen es siempre un error.
En el universo, sabes que hay vida, cuando se es cientifico, alli, donde en un sistema homogeneo hay algo que no deberia estar.
A ese concepto se le llama vida, y esa vida es un error en un sistema estándar.
Asi, los maestros zen, y, la vida, se asemejan.
Un maestro zen iba por la vida con un espejo.
Era pobre, y el espejo era pequeño.
Pero, en ese espejo, destacaba lo limpio que estaba y lo fiel que era su reflejo.
Un maestro zen solo posee dignidad, ni siquiera se posee a el, por eso, no poseia el espejo para ningun fin privado conreto.
Dignidad es no tener dueño.
No tiene dueño, aquel que no tiene yo.
Es solo un punto de silencio en un sueño que llamamos civilizacion.
El maestro zen caminaba con ese espejo, tambien meditaba.
En cada meditacion dejaba el espejo en el suelo.
Al principio la gente se paraba por ver su porte mayestatico en la posicion de zazen, pero, al final, siempre acababan mirandose en el espejo.
En ese instante surgia una pregunta
"¿A quien ves?"
Las respuestas eran variadas pero igual de estupidas.
siempre pasaban, de aquel que se queria hacer el interesante y respondia con alguna cursileria del estilo, al infinito, la luna o cualquier otro disparate, hasta los que daban su nombre como respuesta al reflejo que veian en el espejo.
Esto fue asi durante años.
Un dia se acerco un niño pobre, mas pobre que el monje.
Cuando el maestro estaba meditando, el niño se acerco.
Se acerco, como se acercan los niños.
Pero al estar cerca del maestro, que practicaba la quietud en el zazen, el niño se paro.
Esto tiene que ser explicado.
No se paro el cuerpo, se paro el niño interno.
En ese instante, el cuerpo del chiquillo se sento al lado del maestro.
Cruzo las piernas como el maestro y, medito, a su lado.
El maestro le pregunto...
"¿No te miras al espejo?"
El niño respondio...
"Ya me he mirado".
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
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